Este período se caracterizó por una re conceptualización de la educación física, dirigida por varios educadores importantes, tales como Hethering, Wood, Nash y Williams. La visión de la educación física como puramente gimnástica fue totalmente erradicada. El nuevo enfoque de la educación física enfatizaba en deportes y juegos de naturaleza recreativa, dejando atrás el programa de educación física tradicional. Se vislumbraba que la contribución de la educación física iba más allá del componente físico del ser humano. Se pensaba, pues, que el programa de educación física mejoraba similarmente las dimensiones mentales y sociales del individuo. Además, se recalcó la importancia que tiene la educación física dentro del programa de educación general. Bajo esta tendencia, Thomas D. Wood, Rosalind Cassidy y Jesse Feiring Willimas publicaron en el 1927 el libro titulado The New Physical Educaction. Esta obra destacaba la contribución de la educación física a nivel biológico, psicológico y sociológico. Esta época también fue reconocida por su desarrollo en la medición y evaluación, sobresaliendo las figuras de David K. Brace y Frederick Rand Rogers. Las innovaciones en la mediación de la educación física fueron notables en las áreas de agrupar los estudiantes, la medición del rendimiento o logro y la motivación de la ejecutoria.
Continuaron el desarrollo de los programas de educación física y deportes en las escuelas y universidades. Durante esta década, los programas de educación física y deportes en las escuelas elementales y secundarias se enfocaban hacia las actividades formales. El currículo de educación física también incluía conferencias regulares sobre higiene. Continuó el desarrollo de los juegos atléticos interescolares y la necesidad de organizaciones para su regulación. Consecuentemente, el el 1923 se fundó la “National Federation of High School Athletic Associations”. Una encuesta realizada en el 1921 reveló que de 230 instituciones universitarias estudiadas, 199 contaban con departamentos de educación física administrados por un director y un promedio de cuatro miembros de facultad por institución (Wuest & Bucher, 1999, p. 172). De esta encuesta también se evidenció que más del 75% de estas instituciones encuestadas era requisito cursos de educación física para la población estudiantil. En adición, esta década se caracterizó por un auge en la construcción de estadios deportivos. No todo fue gloria durante los años veinte. Se denunciaron una diversidad de problemas a nivel del atletismo universitario. Algunos de estos problemas fueron una mayo práctica del profesionalismo en comparación con el aficionismo, la comercialización del deporte, los métodos para de reclutamiento y el subsidio de los atletas.
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