El metabolismo basal es el valor mínimo de energía necesaria para que una célula subsista. Esta energía mínima es utilizada por la célula para la realización de funciones metabólicas esenciales, como es el caso, por ejemplo, de la respiración.
En el organismo, el metabolismo basal depende de varios factores, entre los que destacamos sexo, talla, peso, edad. La tasa metabólica disminuye con la edad y con la pérdida de masa corporal.
El metabolismo basal es el gasto energético diario, es decir, lo que un cuerpo necesita diariamente para seguir funcionando. A ese cálculo hay que añadir las actividades físicas que se pueden hacer cada día.
El ejercicio aeróbico y un aumento de la masa muscular pueden incrementar esta tasa. Al gasto general de energía también pueden afectarle las enfermedades, los alimentos y bebidas consumidos, la temperatura del entorno y los niveles de estrés.
Dependiendo de cómo quemamos las calorías podemos clasificar el metabolismo basal en:
Metabolismo basal normal: Es el que corresponde a la mayoría de las personas.
Metabolismo basal lento: Es aquel en el que el organismo en estado de repose tiene un gasto calórico inferior a lo que seria normal. las personas con metabolismo basal lento suelen tener problemas de peso o de obesidad.
Metabolismo basal rápido: Es aquel en que el organismo en estado de reposo presenta un gasto calórico superior a lo que seria normal. las personas con este tipo de metabolismo suelen ser delgadas o presentar un aspecto musculoso.
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